Esta semana ha comenzado el verano y vamos repasar unos cuantos consejos para conducir con calor. El verano es la época del año en la que más desplazamientos se producen y el calor no solamente nos afecta a nosotros, sino que puede provocar fallos en la mecánica del coche. ¿Qué debemos tener en cuenta a la hora de coger el coche este verano?
El chequeo previo
Antes de comenzar un viaje, es recomendable chequear el coche en su totalidad. El motor de los coches alcanza unas temperaturas muy altas y, si tiene algún fallo, puede aumentar el riesgo de avería con el calor. Revisa también el buen funcionamiento del sistema de ventilación o climatización del vehículo. Es recomendable que se cambien los filtros cada 15.000 km o cada 2 años para garantizar la calidad del aire dentro del vehículo.
Lo mejor es mantener el interior del vehículo a una temperatura de entre 21 y 22 grados de forma continuada.
La ropa
Lleva ropa cómoda y fresca, que sea transpirable y ligera. Utiliza unas gafas de sol homologadas; las que tienen los cristales polarizados son más eficaces.
No comas en exceso antes de conducir y no olvides una botella de agua, para hidratarte siempre que lo necesites.
La fatiga y la somnolencia
Conducir con calor aumenta la fatiga y la somnolencia. Si te sientes cansado, te pican los ojos o te entra sueño, para a descansar. Aunque no te sientas fatigado, para a descansar cada dos horas, a refrigerarte y estirar las piernas. Intenta siempre realizar los viajes a primera hora de la mañana. En cualquier caso, evita viajar en las horas de más calor.
Cuando paramos el coche
Cuando aparcamos el coche, lo mejor es cubrir el volante y el parabrisas con un protector o parasol. Nunca dejemos a personas o animales dentro del coche si está al sol, ya que pueden sufrir un golpe de calor. La temperatura interior del coche puede incrementarse en 15º estando parado.